En febrero, cuando en el resto del mundo aprieta el invierno, parece que empieza la primavera en Mallorca con los almendros en flor. Durante unas semanas, el resto de maravillas de la isla juegan un papel secundario dando protagonismo al blanco y rosa de la flor de almendro que inundan la isla y que es un placer para todos los sentidos.
Los almendros suelen empezar a florecer a finales de enero. Si quieres disfrutar plenamente del espectáculo de color, es mejor visitar la isla entre finales de enero y mediados de febrero.